Mente del mono
Los budistas lo llaman la mente del mono; nuestra mente se comporta como este primate saltando de rama en rama, chillando histérico ante cualquier peligro insignificante con una demanda constante de atención, así se comporta una mente ansiosa que no puede concentrarse en el presente sino que se comporta confusa, descontrolada, indecisa y caprichosa. Aprende a silenciar tu mente para ser más feliz
La red neuronal
Nuestro cerebro posee un piloto automático llamado: red neuronal por defecto. Antes de 1976, consideraban que el cerebro tenía periodos en los que no estaba en uso, fundamentalmente, cuando no resolvía tareas cognitivas, sin embargo, investigaciones efectuadas arrojaron que entre el 60 y el 80% de la energía total del cerebro no está relacionada con estímulos del exterior sino que se corresponde con un funcionamiento interno del cerebro, como si tuviera voluntad propia. Aprende a silenciar tu mente para ser más feliz
Compuesta por tres zonas
La red neuronal por defecto comprende tres zonas: la zona medial de los lóbulos temporal, parietal y el prefrontal que se activan al divagar y desconectarse de los estímulos del mundo exterior consumiendo casi la misma energía que al realizar tareas cognitivas complejas.
Dialogo interno espontáneo
La mente genera pensamientos que incluyen el recuerdo, la imaginación y las proyecciones futuras todo esto hilado por la narrativa hiperactiva y omnipresente del yo; esa voz interior que nos cuestiona y, en ocasiones, nos turtura con hipótesis y pensamientos fugaces e inconsistentes a modo de diálogo interior espontáneo.
La felicidad ligada al presente
Esta red ha tenido un papel fundamental en el neurodesarrollo de la especie humana, sobre todo en lo que a construcción del yo se refiere, sin embargo, debemos prestar atención a la cantidad de tiempo que permanecemos ensimismados y atrapados en estas proyecciones futuras y en la contemplación del pasado porque nuestra felicidad y plenitud está más ligada con el presente.
Amígdala y la importancia de su tamaño
En esta red neuronal encontramos una especie de “isla” en el sistema nervioso central llamada amígdala e investigaciones recientes señalan que su tamaño está relacionado con trastornos del estado de ánimo, a mayor tamaño, mayor posibilidad de padecer depresión, agresividad o ansiedad.
De este modo, la neurociencia ha demostrado que, cuánto más tiempo permanezcamos dentro de esta red neuronal por defecto, mayores posibilidades tendremos de sentirnos desdichados, mientras que si conseguimos dominar este diálogo interior y alcanzar el silencio cerebral tendremos una mayor escala de felicidad subjetiva, de paz interior.
La meditación como un regulador de la mente
Entonces, cómo podemos acallar la mente y abandonar el ajetreo mental. La neurociencia recomienda la meditación como un regulador de la atención que fortalece la conexión prefrontal del cerebro, con ella, aumentamos la regulación emocional y disminuimos el volumen de la amígdala además de aumentar la red fronto-límbica que es la encargada de regular la atención pero también las emociones y el yo.
La meditación nos ayuda a desvincular al individuo del yo omnipresente, egocéntrico, temeroso y exagerado de la red neuronal por defecto.
Bodyfulness – cuerpo en plenitud
Anteriormente, hemos mencionado que esta red se activa cuando nos desconectamos del exterior y el medio por excelencia para recibir estímulos del exterior es nuestro cuerpo, por ello, otra técnica muy valiosa es la del bodyfulness o “cuerpo en plenitud” que nos ayuda a aumentar la conciencia corporal para regular a través de él las emociones y la atención.
Practica la meditación y obtén una nueva etapa de plenitud
Recuerda que comenzar a practicar cualquier técnica de meditación no requiere grandes períodos de tiempo, costoso equipamiento o lugares especiales, basta con un espacio donde te sientas en calma, unos pocos minutos de tu día y la actitud comprometida de hacer la diferencia en tu rutina, con esto comenzarás a acallar la mente y conseguir el placentero silencio cerebral que marcará una nueva etapa de plenitud y descanso.