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Austeridad

Se la conoce como paradoja de austeridad y, fundamentalmente, implica que, si un individuo decide ahorrar durante un periodo de recesión económica, la cantidad ahorrada será menor que la que habría obtenido durante un momento estable económicamente hablando. ¿En qué consiste la paradoja del ahorro de Keynes?

Modelo de demanda agregada

Esta paradoja fue descubierta por el economista británico John Maynard Keynes durante la crisis de los años 30 y su fundamento se encuentra en el modelo de demanda agregada que es el ingreso total de la economía de un país, el Producto Interno Bruto (PIB). Por ello, si el consumo se reduce también lo hace la actividad económica y, finalmente, esto impacta en un mayor porcentaje de desempleo por lo que disminuye la renta y, por ende, también el ahorro, ya que todo lo que ahorramos es aquello que no consumimos. Si el ahorro es superior al gasto, se reduce el poder adquisitivo a largo plazo.

Impacto en el Banco central Europeo

Un ejemplo del impacto de esta paradoja lo encontramos en la neutralización de los estímulos del Banco Central Europeo (BCE) para la reactivación del consumo y la inversión en la zona euro por el ahorro de las familias y de las empresas europeas ante la desaceleración en la creación de empleos y el límite alcanzado en la política monetaria de la zona. ¿En qué consiste la paradoja del ahorro de Keynes?

Sin ahorro, no hay inversión

Es preciso aclarar que no es que Keynes considerase el ahorro como un factor negativo, ya que esta paradoja sólo se presenta en caso de vivir una recesión económica y, siempre y cuando el ahorro sea superior al gasto, como ya hemos mencionado. Además del consumo, el sistema capitalista también necesita la inversión para producir y, sin ahorro, no hay inversión.

Vulnerabilidad que no se ira facilmente

En momentos de crisis económica es fundamental para la reactivación tanto el consumo como la inversión, así las autoridades de todo el mundo bajaron las tasas de interés y canalizaron los créditos para favorecer la circulación de dinero. Sin embargo, la pandemia ha implantado en el comportamiento económico colectivo una percepción de vulnerabilidad que no se irá tan fácilmente.

Desconfianza en el sistema bancario

Esto se agrava en el caso de regiones desfavorecidas, como es el caso de América Latina y el Caribe, donde antes de que comenzara la pandemia, la economía ya estaba estancada sin crecimiento y apenas se pronostica un crecimiento del PIB para la región del 2,2% en 2022. Se suma además la desigualdad financiera, donde sólo el 16% de los mayores de edad tienen una cuenta bancaria, asimismo la población tiene una alta desconfianza en el sistema bancario.

Este panorama tan complejo nos hace preguntarnos si todo puede reducirse a términos y fórmulas o la solución es algo más profundo y multidisciplinar de lo que fue en épocas pasadas. 

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