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Gente Tóxica

El adjetivo “tóxico” lleva varios años de moda para referirnos a alguien que influye en nosotros de forma negativa por pesimismo y/o la desmotivación. Fue el psicólogo Bernardo Stamateas quien popularizó el término en su libro “Gente tóxica”, debemos tener cuidado de no etiquetar a las personas, ya que los seres humanos tienen virtudes y defectos que pueden llevarlos a comportarse de una forma u otra según, así que catalogar a alguien como tóxico es una decisión a la ligera. Por ello, la primera aclaración que haremos al respecto nos lleva a comprender que las personas no son tóxicas en sí mismas sino que son más bien sus decisiones o sus comportamientos los que pueden ser complementados con este adjetivo. Evitemos, las etiquetas generalizadoras ya que nos limitan, coartan e, incluso, nos dañan.

Aclarado lo anterior, vamos a exponer lo que, según la psicología, son los principales comportamientos del abuso emocional que no debemos tolerar:

Ridiculizar

Ridiculizar o invalidar los sentimientos y los pensamientos del otro. Cuando se cae en este tipo de conducta, se tiende a utilizar la burla para restar importancia al universo emocional del otro así como a los puntos de vista sobre determinada situación. Esta forma de manipular acaba haciéndonos pensar que no somos importantes o interesantes y que, por tanto, no merecemos ser tomados en cuenta, es el camino hacia la desaparición.

Desacreditar

Desacreditar a través del nunca y del siempre. Este tipo de comportamiento va enarbolado de los adverbios “nunca” y “siempre” convirtiéndose en una quejumbrosa letanía del carácter del otro. Una cosa es exponer acciones concretas que no nos parecen adecuadas o que nos han decepcionado o dañado puntualmente y otra muy distinta es criticar con saña y sin remedio ni posibilidad de crecimiento absolutamente todo lo que el otro representa, esto conlleva inevitablemente un sentimiento de desánimo e, incluso, de denigración del otro.

Debilitar mentalmente

Debilitar mentalmente. Este juego de poder siempre lo ejerce aquella persona que se siente superior y en control, así comienza una relación abusiva utilizando su autoridad y el conocimiento del otro para socabar las defensas y ejercer control. Con esta conducta se niega la percepción de la realidad del otro, volteando esta visión para hacer que el otro dude y piense que lo malinterpretó o que, incluso, llegó a inventarlo.

Proyectarse en el otro

Proyectarse en el otro. Esto es algo típico del narcisismo, en lugar de reconocer y responsabilizarse por los sentimientos propios, lo proyectan en el otro, se trata de un cambio sutil en el equilibrio de poder, porque la persona sobre la que se proyecta deberá defenderse y negar la proyección. Cuando este comportamiento es tolerado, genera una sensación de impotencia, confusión e incomprensión.

Manipulación

Manipular mediante las inseguridades. Esta conducta se basa en conocer las áreas problemáticas del otro para usarlas en su contra, cuando se ejerce la manipulación de esta forma, el otro se bloquea, puede llegar a perder su voz y, por tanto a ser controlado y manipulado al antojo de quien ejerce esta conducta tóxica pues frecuentemente son personas que se sienten incómodas ante el conflicto.

Confianza, amor y libertad

Si observas una o varias de estas conductas estás inmerso en un ambiente tóxico. Ninguna forma de abuso emocional debe ser tolerada. Nadie puede impedirte expresar tu visión y tus emociones pues son tan válidas y oportunas como las de cualquiera. Cualquier relación saludable, debe asentarse sobre tres pilares fundamentales: confianza amor y libertad, cualquier conducta que las amenace o las niegue no debe ser permitida porque si perdonas y toleras, vives sometido por decisión propia.

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