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Nuevos horizontes

Nuestro cerebro ha sido programado desde sus orígenes para sobrevivir y ahorrar energía. Al habitar ambientes hostiles con pocos recursos utilizábamos las reservas energéticas para actividades esenciales de supervivencia. Por ello, seguimos prefiriendo las actividades sencillas y menos demandantes, esto no siempre es lo más idóneo para la productividad o la conquista de nuevos y mejores horizontes. La regla de los 20 segundos para combatir malos hábitos

Paradoja del ejercicio

Por ejemplo, cuando pensamos en ejercitarnos nuestro cerebro lo siente como una carga y caemos en la “paradoja del ejercicio” pues, aunque conocemos los múltiples beneficios que la actividad física trae a nuestra vida, cada vez somos más inactivos. La regla de los 20 segundos para combatir malos hábitos

 

 

Utiliza el viento a tu favor

Luchar contra procesos cerebrales consolidados durante años de evolución no es tarea fácil, por ello, la idea no es cambiar este proceso sino usarlo a nuestro favor. Esto es, lo que persigue la regla de los 20 segundos: ayudarnos a darle la vuelta a esos hábitos no tan beneficiosos. La regla de los 20 segundos para combatir malos hábitos

 

 

Acciones automáticas

El cerebro adora los hábitos porque estas acciones inconscientes no implican grandes esfuerzos ya que, como sabes, se realizan de forma automática e involuntaria. Así que vamos a aprender cómo utilizar la pereza a nuestro favor para transformar aquellos hábitos que no nos gustan para mejorar.

 

 

Regla de los 20″

Básicamente, la regla de los 20 segundos consiste en colocar un obstáculo de 20 segundos que incomode al cerebro realizándolo. Esta técnica de productividad creada por Shawn Achor se basa en que nuestro cerebro procesa que algo que nos lleva más de 20 segundos para comenzar a realizarse es clasificado como difícil y, por lo tanto, nuestro cerebro preferirá no hacerlo sin importar de qué se trate, es lo que llamamos “energía de activación”.

Ruta inevitable

Así, reconducimos los caminos de nuestras decisiones para que la ruta del buen hábito sea inevitable; recuerda que, aunque parezcan acciones pequeñas e insignificantes, estos obstáculos pueden cambiar tu comportamiento actual.

 

 

Obstáculiza lo sencillo

Fácil, práctico y placentero, estos adjetivos son la clave para reconducir la pereza hacia un camino favorecedor, enriquecedor y que nos lleve a sentirnos mejor con nosotros mismos.  Imagina que quieres leer más en lugar de vagar por tus redes sociales, para ello, debemos obstaculizar lo sencillo que resulta utilizar las redes sociales, por ejemplo, desactiva las notificaciones del celular, deja de guardar las contraseñas en tu celular para que, cada vez que quieras entrar, tengas que escribirlas.

 

Facilitando los caminos

Facilita el acceso al libro que estás leyendo al dejar de guardarlo en el fondo del cajón o en el librero, llévalo cerca de ti o déjalo en el lugar de tu casa donde te sientas cómodo para leer, te darás cuenta de que te resultará más sencillo si no tienes el celular a la mano y sí el libro que quieres leer.

 

Eleva el impulso de activación

Analiza tus rutinas y hábitos, decide cuáles quieres cambiar y aumenta la energía de activación que necesitas para realizarlos mediante obstáculos pero también asegúrate de facilitar al máximo la realización de los nuevos hábitos y verás como todo es mucho más sencillo ahora.

 

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