Menos es más: aprendiendo a simplificar
Con el capitalismo llegó la creencia de que para ser feliz había que tener y que el que más tenía se convertía en la persona más deseada. Con el paso del tiempo y ante una crisis mundial que está desestabilizando y cuestionando esquemas de pensamiento anteriores por no solucionar en lo más mínimo las tragedias que estamos viviendo, comenzamos a sentirnos incómodos donde estamos: en ese tener que nos deja vacíos y descontrolados, debido a esta situación debes considerar el concepto; Menos es más: aprendiendo a simplificar.
Ser feliz es un estado más relacionado con la armonía que con la cuenta bancaria y casa repleta.
Una alternativa a esta situación la presenta el minimalismo vital. Habrán escuchado hablar del minimalismo en arquitectura y decoración, pero el minimalismo es mucho más que eso, es un camino interesante para simplificar nuestras vidas. Básicamente, el minimalismo consiste en priorizar lo esencial.
Hoy te presentamos los primeros pequeños grandes pasos para incorporar esta filosofía en tu forma de vida
Primer Paso: aprendiendo a simplificar
El primer paso es observarnos, ¿te sientes abrumado, saturado y opacado por una multitud de cosas sin usar y cubiertas de polvo? Y no sólo puedes sentirte doblegado por cosas sino también por un exceso de información.
Segundo paso: menos es más
La segunda acción es hacer una lista con las primeras 10 cosas que nos sobran, para prescindir de ellas, es tan sencillo cómo hacer memoria, si hace seis meses o más que no le has dado uso, es obvio que no hace una diferencia en tu vida. Si está en buenas condiciones, no lo tires, dónalo, puede ser útil para otra persona.
Tercer paso
La tercera acción llega de forma lógica: orden, al identificar estos elementos ordena el entorno, la organización es la mejor amiga de la simplificación. Un espacio ordenado será un espacio armónico, libre de ansiedad, pendientes y preocupación y donde nuestra mente, alma y corazón podrán respirar y descansar sin el acoso de lo que se ha quedado sin hacer.
Cuarto paso
La cuarta acción está relacionada directamente con el consumismo, cuando vayas a comprar algo pregúntate “¿qué pasa si no lo compro?” Si la respuesta es “nada”, no lo compres. Mejor observa si hay algo oculto detrás de ese impulso de comprar, muchos compramos por soledad, ansiedad.
Quinto paso
La quinta acción está relacionada con los apegos, convencionalismos, desorganización y exceso de información. Hoy, padecemos un bombardeo incesante de información que solamente nos genera ansiedad y preocupación.
Disminuye el tiempo que le dedicas a ver la televisión y redes sociales, céntrate en vivir experiencias significativas para ti en soledad o acompañado.
Estudia cuáles son tus apegos y los convencionalismos sociales con los que realmente no te identificas y que solamente cuelgan sobre tus ganas de vivir.
No tengas miedo y libérate. Por último, organiza tu tiempo, analiza los tiempos perdidos y no significativos, vuélvete más selectivo y prioriza en qué vas a emplear lo más valioso de tu vida: el tiempo.
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